Friday, November 10, 2006

LA GUERRAS MÉDICAS

Guerras Médicas es el nombre con que se conoce el enfrentamiento entre los antiguos griegos y el imperio Persa, durante el siglo V adC.
Antecedentes
En las costas occidentales de Asia Menor las colonias griegas que se dedicaban principalmente al comercio, que habían logrado gran prosperidad e independencia. de estas ciudades jónicas terminó cuando cayeron una tras otra en manos del rey Creso de Lidia, y fueron obligadas a pagarle tributo. La situación empeoró cuando el reino de Lidia cayó en manos del rey persa Ciro, en el 546 adC, y las ciudades griegas siguieron el mismo destino.
En 499 a JC, las colonias piden ayuda a la metrópolis y sólo Atenas y Eretria responden. Tras la destrucción de la capital de la provincia, Darío reacciona violentamente y destruye Éfeso y reconquista la provincia y desembarcaron en la llanura de Maratón. Los espartanos no llegaron a tiempo. Los atenienses, no obstante, eludieron el intento de ruptura de su frente y derrotaron al enemigo capturando siete de sus barcos.
La segunda Guerra Médica
Temístocles retoma el mando y establece un pacto de defensa que pone el control de sus ejércitos bajo el mando de Esparta (481 adC).
Tras la muerte de Darío, su hijo Jerjes subió al poder y tras sofocar revueltas en Egipto y Babilonia volvió su vista hacia los griegos. Mucha ciudades aceptaron someterse, pero los atenienses y espartanos, no.
Las Termópilas
El poderoso ejército de Jerjes, que se estima en unos 60.000 o 70.000 hombres cruzó el Helesponto mediante un puente de barcas. Las tropas helenas decidieron detenerlos el máximo tiempo posible en el desfiladero de las Termópilas.
En este lugar, el rey espartano Leónidas I situó a unos 300 soldados espartanos y 1.000 más de otras regiones. Pese a la superioridad numérica, los defensores no se rindieron a las demandas de Jerjes y, aprovechado la estrechez del desfiladero tan estrecho los persas no podían usar su famosa caballería, y su superioridad numérica quedaba bloqueada, pues sus lanzas eran más cortas que las griegas. La estrechez del paso les hacía combatir con similar número de efectivos en cada oleada persa, por lo que no les quedó más opción que replegarse después de dos días de batalla.
Pero ocurrió que un traidor, llamado Efíaltes, condujo a Jerjes a través de los bosques para llegar por la retaguardia a la salida de las Termópilas.
Salamina
Con el paso de las Termópilas franco, toda la Grecia central estaba a los pies del rey persa. A pesar de ello, Temístocles aún tenía un plan: atraer a la flota persa y entablar batalla en Salamina, con una estrategia que lograría vencerles. Cuenta la leyenda que Temístocles se hizo pasar por traidor ante el rey de Persia, incitándolo a una victoria segura en Salamina, pero esta anécdota es probablemente falsa.
Lo cierto es que Jerjes decidió entablar combate naval, utilizando un gran número de barcos, muchos de ellos de sus súbditos fenicios. Sin embargo, la flota persa no tenía coordinación al atacar, mientras que los griegos tenían perfilada su estrategia.
Fin de las Guerras Médicas
Temístocles quiso llevar la guerra a Asia, enviar allí la flota y sublevar las colonias jónicas contra el rey de Persia, pero Esparta se opuso, por el temor de dejar desprotegido el Peloponeso.
Por estas razones, la guerra continuó en Europa, volviendo el ejército persa a invadir el Ática en el año 479 adC. Al enterarse de que el ejército se dirigía contra ellos, los persas se retiraron hacia el Oeste, hasta Platea. Dirigidos por su regente Pausanias, conocido por su sangre fría, los espartanos lograron otra estruendosa victoria sobre los persas, capturando de paso un gran botín que les estaba esperando en el campamento persa. Junto a la victoria en Platea, ocurrió poco tiempo después el hundimiento de la flota persa en Micala, que fue además la señal para el levantamiento de los jonios contra sus opresores. Los persas se retiraron de la Hélade, poniendo así fin a los sueños de Jerjes de conquistar el mundo helénico. De esta forma las Guerras Médicas, que enfrentaron por primera vez a Oriente y a Occidente, llegaron a su fin.

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